El tramo fronterizo del río Duero corresponde a un valle profundo encajonado con márgenes escarpados, que separa Portugal y España.

El parque, de una superficie de 87.000 ha, tiene una vegetación dominada por bosques de encinas (localmente conocidas como carrasco) con una notable presencia de enebros (Junisperus oxycedrus), alcornoques y manchas de robles negros (Quercus pyrenaica). Es un área fundamental para la conservación de la avifauna rupícola, en particular el alimoche y el águila perdicera (águila de Bonelli). Es una área con una baja densidad de población y una actividad económica dominada por la agricultura y la ganadería. Extraños palomares completan un paisaje severo que adquiere una expresión dramática en los Arribes del Duero. El mirandés, reconocida como la segunda lengua oficial de Portugal desde 1999, es otra de las sorpresas que ofrece el extremo noreste de Portugal. 

El Parque Natural Arribes del Duero, en el margen español, con una superficie aproximadamente de 106.105ha, complementa la protección de esta zona fronteriza en términos de conservación de la naturaleza.

 

El PNDI está también integrado en la Red Natura 2000 y clasificado como Zona de Protección Especial (Duero Internacional y Vale do Águeda) por la Directiva de Aves.